En el Camp Nou saben que tienen que llevar a cabo un proceso de reconstrucción y tienen marcado un nombre en rojo. El de Koke, jugador del Atlético y considerado una de las joyas de la Liga, una de las estrellas del futuro. Realmente, del presente. Sería, entienden en el club, el relevo perfecto para el hombre, Xavi, que ha guiado el juego del mejor Barça de la historia en los últimos lustros.
El interés en el futbolista rojiblanco va más allá. El Barcelona estaría dispuesto, incluso, a pagar los 60 millones de euros que figuran en la cláusula de rescisión. Una auténtica barbaridad que convertiría al futbolista en el español más caro de la historia, superando los 58 kilos que pagó el Chelsea al Liverpool por Fernando Torres.
De hecho, los catalanes ya se han puesto en contacto con los dirigentes del Atlético para hacer saber al club su firme intención de fichar a Koke. Su voluntad, en definitiva, de llevarse al canterano rojiblanco este mismo verano.
La respuesta con la que se han encontrado en el Manzanares ha sido clara. Koke no se vende, si alguien quiere sus servicios deberá abonar los 60 millones -—más impuestos—- estipulados en la última renovación del futbolista madrileño.
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